19 horas

Ni más ni menos que 19 horas, eso es lo que me duró el viaje entre Valladolid y Toulouse. Teniendo en cuenta que en el bus Miguel tardaba 12 horas, es una zanganada de viaje. EL único consuelo que me queda es que he visto Girona (ya lo vi el año pasado, y este año me perdí), Cerbère (menuda mierda de pueblo) y Narbonne (desearía no haber existido del frío que hacía). En total, una hora en barajas, 3 en girona, 3 en cerbere y 5 en Narbonne hacen un total de 12 horas tiradas a la basura.
Pero bueno, con una navidad tan especial com esta merece la pena esperar tanto a lo tonto. Por fin el anuncio del almendro tuvo sentido, porque volvi a ver a la gente que hacia mucho que no veia, y sobre todo, volvía a hacer aquello que echaba tanto de menos. Pedir gin tonics, oler a humo en el bar, pagar un euro y pico por una cerveza (sí, ese cotidiano gesto de pedir una caña en Francia entraña graves riesgos).
Y es que lo peor de estos viajes relámpago es, por un lado, que no ves a toda esa gente que quieres, y por otro que a la vez no te despides de los que ya has visto, por lo que se crea un estrés acojonante. Solución, no volver jaja. No, eso no. Es estrictamente necesario volver.
Por otra parte, la temida y archirepetida pregunta "que tal por francia?" taladró mis oídos todos y cada uno de los días que pase en España. A lo cual respondía con un "muy bien", o "mucha fiesta" (depende del contexto claro), y enseguida te decían "Y no me cuentas nada más"? Cualquiera que haya vivido fuera de casa por un tiempo sabrá de que hablo.
Así que no puedo más que agradecer a todos y cada uno de los que me han acompañado en mi corto periplo hispánico, y también a aquellos que no pude ver. Un abrazo. Hasta pronto