O como montarse una erasmus en Francia

jueves, 11 de diciembre de 2008

Liberté, egalité, fraternité.

Pues resulta que vivir en este país se vuelve cada día más complicado. Aquí el frío ya llegó, con la marcha de mis delicianos, es una lástima que la erasmus no la hayamos hecho todos juntos, sin duda sería una experiencia totalmente distinta.
Pero bueno, no me puedo quejar, sin duda, los amigos de aquí son lomejor (y lo único mejor), hecho que me hace pensar que llegaremos a ser amigos para mucho, mucho tiempo. Somos como una gran familia, y cuando tenemos problemas pues ahí está el prójimo para escucharte, ayudarte o sacarte de casa.
Y es que Francia, y sobre todo los franceses, es un país desagradable para el que no nació aquí. A la gran barrera que es el idioma, es una mucho más importante la organización caótica del país, y sobre todo, la falta de ganas por ayudarte de casi todos los franceses. Porque aquí, salvo contadas excepciones, ven al extranjero como un penado que tiene que llevar su cruz sin ayuda de nadie, y eluden la responsabilidad de hablar contigo y echarte una mano. Son perfectos en diluirse en un grupo y pensar aquello de "ya lo hará otro". Eso o que realmente no tienen escrúpulos de nada, prefiero pensar lo primero.
Si a todo esto le juntas que muchos profesores siguen pensando que los españoles somos como Camarón, gordos y con pelos en el cuerpo que se pasan todo el día dando palmas (no me invento nada, un profesor de yan, una chica de historia se lo dijo) te puedes imaginar que somos algo así como un negro en la américa de los sesenta. Aquí la fraternidad se considera un principio de la república, es una lástima que los valores de la revolución se quedaran en un papel y no llegaran a su población.
Así que necesito unas vacaciones, y reencontrarme con 45 millones de gitanos palmeros cantanto aquello de "volando voy..."

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